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viernes, 24 de septiembre de 2021

Matrimonio Depredador - Capítulo 17

Capítulo 17. El Rey De Los Kurkan


Se dice que si una bestia es encadenada desde su nacimiento, no intentara liberarse ni siquiera después de crecer.

Leah era muy consciente de este hecho. La bestia no rompería los grilletes, no porque amara o temiera a su amo, sino porque estaba acostumbrada al cautiverio.
 
Incluso si alguien le enseñara a la bestia cómo liberarse, no lo intentaría. Algunos llamarían a la bestia tonta por no hacerlo, pero tal vez la idea de los grilletes estaba profundamente arraigada en su mente que ni siquiera pensaría que liberarse fuera posible.

Leah era igual. Pero, en cambio, temía a la reina.

Y en cada momento, había temido por su vida.

La reina era la mayor pesadilla de Leah.

Todas las tragedias comienzan con un amor ardiente. El rey se enamoró a primera vista de una campesina mientras asistía a un banquete. Su tono franco y su sonrisa brillante fue algo que encantó al rey, que nunca antes había visto algo parecido. De este modo, la chica que creció en una pequeña familia de la provincia se convirtió en la reina de Estia.

Sin embargo, el simple hecho de ser buena no le permitió sobrevivir en el palacio. Sin nadie que la respaldara, se volvió más delgada día a día. Todo lo que podía hacer era aferrarse al amor del rey.

En el punto más alto de su miseria, nació Leah. Experimentó complicaciones en el parto y apenas pudo dar a luz. Luego, se volvió estéril.

Una reina estéril era una desgracia para la familia real, y el amor que una vez ardió se enfrió... El débil e impotente rey cumplió fácilmente con las demandas de los nobles codiciosos que querían deponer a la reina. Poco después, fue expulsada del palacio miserablemente.
 
Sucedió cuando Leah tenía solo tres años. Ni siquiera podía comprender claramente las cosas a esa edad, pero las últimas palabras de su madre quedaron vívidas en su memoria.

|Lo siento Leah, lo siento mucho.|

|Debes seguir viviendo...|

|No desobedezcas a Cerdina.|

|Solo sigue sus palabras, pase lo que pase.|

Y luego de esas últimas palabras, la reina fue descubierta muerta. La familia real anunció que la deprimida reina había decidido terminar con su vida, pero todos sabían que no fue un suicidio.

La ambiciosa Condesa Cerdina reemplazó el trono que su madre una vez ocupó. Sin embargo, la entrada de Cerdina al palacio real fue tumultuosa. Ella estaba embarazada.
 
El bebé era el hermanastro de Leah. La reina Cerdina tenía una relación con el rey incluso antes de que la reina anterior fuera expulsada.

Esto causó que la sociedad de Estia cayera en el caos. El hecho de que la nueva reina no fuera virgen y tuviera un romance con el rey causó confusión.

Qué desgracia...

Sin embargo, gracias a su poderosa familia y al favor del rey, logró que su hijo fuera declarado heredero al trono, haciendo que el clamor en su contra se desvaneciera.

La muy ambiciosa y astuta Cerdina siempre afirmó, 'No sé nada sobre la complicada política y el gobierno. ¿No es suficiente con cumplir todas mis obligaciones domésticas?'. Sin embargo, ella era tan despiadada como una víbora. Fue capaz de dominar a los nobles y convertirlos en sus títeres.
 
Cerdina sabía muy bien cómo manejar a la hija de la reina depuesta. Ella cuidadosamente planeó sus movimientos, asegurándose de no hacer nada que pareciera discriminar a Leah directamente. En cambio, controlaba cada movimiento de la princesa, moldeando su naturaleza y hábitos a su gusto. Lentamente, fortaleció su control sobre la vida de Leah.

'Eres la flor de Estia'.

Las palabras de la reina quedaron grabadas en su mente a una edad temprana. Era la razón de la obsesión de Leah. Tenía que convertirse en la princesa perfecta de Estia; su educación, trabajo y belleza debían ser impecables.

No era diferente de las piezas de arte de Estia. Un ganado criado por la reina, y una vez gordo, vendido al mercado. Este fue su propósito todo el tiempo.
 
Solo las personas más cercanas a ella sabían la verdad sobre cómo Cerdina la maltrataba en secreto. Los demás no sabían nada, hablaban muy bien de la reina, de su bondadosa y benévola naturaleza maternal.

Leah quería gritarle a esas personas y preguntarles, '¿De qué sirvió criarme para ser perfecta...? Al final, ¿no me vendió a ese viejo Byung Gyeongbaek?'

***

Leah se paró frente al espejo, y una mujer hermosamente vestida como una muñeca le devolvió la mirada.

Su pálido rostro estaba cubierto de capas de maquillaje brillante. Su cabello delgado y sin vida estaba rizado y recogido. Sus ojos morados parecían aún más vívidos en contraste con el delineador oscuro en sus párpados. En su cuello estaba el collar de diamantes que Byun Gyeongbaek le había regalado, completando todo el vestimenta.

"Princesa, terminaré de hacer los ajustes finales a su atuendo."

Leah le dio un pequeño asentimiento en respuesta. La razón de la extraordinaria belleza de Leah se debía a la conferencia con los Kurkan.

El resto del palacio estaba ocupado preparándose para el banquete. Como se esperaba, todos los nobles habían expresado su deseo de asistir. De hecho, incluso los nobles de todos los demás países estaban visitando Estia para esta ocasión especial.

Todos estaban ansiosos por ver al nuevo Rey de los Kurkan y a Byun Gyeongbaek conocerse.

El cobarde Byun inmediatamente se puso a la defensiva cuando escuchó que el rey estaba de visita, a pesar de la noticia de que solo buscaba la paz.

La gente era muy consciente del hecho de que Byun no sería capaz de mantener su nivel actual de poder si Kurkan y Estia firmaban un tratado de paz. Así que especularon con que la Reina Cerdina estaba haciendo movimientos para derribar a Byun por el bien del príncipe heredero.

Sin embargo, a pesar de la intensa batalla política que se estaba gestando debajo, sobre la superficie, surgió una atmósfera cálida y amigable. Todos estaban emocionados de ver a los Kurkan, que eran conocidos por sus impresionantes y extraordinarias apariencias. Las sirvientas de Leah hablaban de eso a diario.
 
Finalmente, llegó el día en que los Kurkan los visitarían. El banquete de bienvenida se celebraría al día siguiente. En este momento, iban a saludar formalmente a sus visitantes. Por lo tanto, Cerdina le había indicado específicamente a Leah que se vistiera de manera extravagante para mostrar el orgullo de la familia real.

Y así, Leah terminó con este vestido doloroso e incómodo.

Mientras las sirvientas vestían a Leah, la Baronesa Sinael de repente se echó a reír mientras charlaba con ellas. Leah sonrió levemente y preguntó, "¿De qué están hablando?"

Una de las sirvientas respondió con las mejillas sonrojadas, "Dicen que el Rey de los Kurkan es un hombre extremadamente guapo."

La Condesa Melissa, la jefa de las sirvientas, les dirigió una mirada amenazante mientras se aclaraba la garganta. Inmediatamente, dejaron de parlotear, pero Leah las tranquilizó con una leve sonrisa.

'No es bueno ser excesivamente estricta'. En cambio, ella aligeró la atmósfera ya que todas estaban muy emocionadas. Pero justo en ese momento, Leah sintió de repente una gran presión en su interior.

A lo lejos, bajo los cálidos rayos del sol, los barcos se acercaban a la costa de Estia.

'Ellos han llegado'.