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viernes, 24 de septiembre de 2021

Matrimonio Depredador - Capítulo 54

Capítulo 54. Regalos Devueltos (2)


Cerdina se quedó sin palabras mientras seguía mirándolo fijamente de forma aturdida. Finalmente, el silencio se rompió después de un momento de tensión.

"¡Pero estoy haciendo esto por ti!" ella exclamó, con un tono indignado.

Blain optó por no responder, incluso escuchando su agudo tono. Prefirió el silencio antes de responder a su madre.

Consideraba prudente no contarle a su madre su propio punto de vista y pensamientos con cada decisión que tomara, aunque fueran correctas o incorrectas.

Cerdina inhaló y exhaló profundamente mientras lo miraba desconcertada. Su respiración invadía el silencio mientras esperaba su refutación.

Después de unos momentos, ella finalmente se calmó lo suficiente como para poder mostrar de nuevo su postura de Reina. Como si nada hubiera pasado, ella sonrió elegantemente. Era una expresión falsa en lugar de lo que realmente sentía.

Como la Reina de Estia, siempre debía mantener la imagen perfecta de la gracia y la belleza.

"Nunca haría tal cosa, Blain". Insistió suavemente. Blain sólo entrecerró los ojos hacia ella.

"Intentaré creerte entonces."

"Me mantendré alejada mientras ella se recupera, como deseas, pero por favor", entonces le sonrió con una brillante sonrisa que no le hizo nada para consolar sus nervios, "Te pido que no te desquites conmigo la próxima vez". Ella dejó escapar un suspiro antes de dirigirse a su asiento una vez más. Lanzó al suelo la piel de zorro en frustración, contrastando la importancia inicial que le daba.

Lo pisoteó como un simple trapo.

"Tal vez sea hora de que hable con esos... bárbaros." Cerdina mencionó como si fuera algo desagradable, antes de mirar a Blain una vez más con una sonrisa, "¿Te gustaría acompañarme a cenar con ellos?" frotó el tacón de unos de sus tacones en la piel, limpiando las suelas de su suciedad.


Ella observó como la piel se arrugaba bajo sus pies con cierta diversión, antes de levantar su mirada una vez más con una sonrisa expectante.

"Espero que esta vez puedas cazar un ciervo", comentó con un suspiro de tristeza, "Estoy harta de los zorros. Preferiblemente un ciervo elegante y majestuoso."

Los ojos de Blain se entrecerraron. Sus discusiones nunca duraban mucho tiempo. Y en esta oportunidad, incluso le aceptaría la cena.

"Por supuesto, madre", respondió concisamente.

***

Leah pudo descansar durante varios días después de que vomitara sangre y se desmayara. Se sentía ansiosa cuando pensaba en la cantidad de trabajo aplazado. Sin embargo, por otro lado, también estaba feliz de no tener que asistir más a la conferencia.

Si se tratara de un día normal, le resultaría difícil evitar estar en situaciones tensas debido a Cerdina. Por supuesto, a pesar de que vomitara sangre, Cerdina le habría ordenado que actuara como una muñeca para cumplir con sus deberes, como lo había hecho en el salón de banquetes.

Aunque, eso hubiera sucedido si no fuera porque Blain prohibió el acceso a los aposentos de la princesa mientras se recuperaba.

Blain se encargó de informar a todos que Leah se había enfermado repentinamente. También ordenó que ningún forastero pudiera entrar en el palacio. Para evitar que alguien entrara, incluso duplicó la cantidad de guardias en el palacio real.

Incluso Cerdina, que estaba acostumbrada a menospreciar las órdenes de su esposo, no se atrevería a desafiar a Blain. Blain sabía de este hecho, así que aprovechó su ventaja contra Cerdina. A Leah le parecía muy extraño, pero no le importaba mucho. Simplemente lo ignoró, pensando que se trataba de otro capricho de Blain.

Mientras descansaba en el palacio por unos días, Byun Gyongbaek de Oberde le había enviado un enorme ramo de rosas y joyas diariamente.

Sus regalos sólo servían para reflejar su llamativa personalidad.

Le parecía que Byun estaba tratando de ganarse su buena voluntad, esperando que ella olvidara su pecado. A Leah le resultaba cordial cómo se esforzaba tanto para que lo perdonara con la gran cantidad de regalos que le enviaba cada día.

Pero a pesar de esto, nunca llegó a mirar ni siquiera uno. La Condesa Melissa los devolvía al remitente. Sólo se le informada que Byun Gyongbaek le había enviado un regalo.

Cuando le preguntó por qué los devolvía, la Condesa Melissa simplemente se encogió de hombros.

"El ramo era demasiado grande. Incluso pensé en convertirlo en fertilizante antes de devolverlo", respondió con orgullo, y Leah se rió.

"Bien. Por favor, hazlo con cualquier otro regalo". Leah la elogió, y Melissa asintió con la cabeza.

"¡Claro! Y para mañana, princesa..." se detuvo, sus ojos se movieron hacia un lado con nerviosismo antes de bajar su voz, cautelosa de las sirvientas que la rodeaban, "La reina ha solicitado tu presencia. Parece que almorzará con el rey de los Kurkans."