Capítulo 49. Implacable y Cruel (1)
Leah sintió náuseas. Apenas pudo evitar que su bilis subiera por su garganta. Sabía que pronto, Cerdina la llamaría.
Sin embargo, para ella fue un completo shock que Blain hubiera estado durante bastante tiempo, esperándola. La taza de té que agitaba en su mano, se había enfriado hace tiempo. En la elegante mesa caoba, los aperitivos y los pasteles terminaron en migajas.
Miró fríamente a Leah, observándola de pies a cabeza y tomando nota de la ropa Kurkan que llevaba. Leah podía sentir sus ojos juzgándola y eso la hacía moverse incómodamente en su lugar.
De todas las veces, ¿Por qué tenía que haberse encontrado con Blain en este momento específico? Leah agarró su vestido con fuerza. Su propia ropa había sido hecha pedazos, así que no tuvo más remedio que usar el vestido que Genin le había traído.
Blain dirigió su mirada a Genin que estaba a sus espaldas. Ella sólo le asintió brevemente, y se quedó quieta, inexpresiva. Blain se rió del irrespetuoso saludo. Se sintió totalmente humillado y ridiculizado por la guardia de escolta, a quien consideraba que estaba en una posición muy inferior a la suya.
"Ahora puedo comprobar que pasas tiempo con ellos."
Leah levantó los ojos y murmuró en voz baja: "Sólo necesitaba su ayuda."
Blain se levantó lentamente del sofá y caminó hacia Leah. "¿Qué ayuda?"
"....."
¡Pa! La sucia mano de Blain abofeteó a Leah. Se empezó a formar una marca en la mejilla que había golpeado.
"Entonces, eliges ser insolente. Te pregunté qué tipo de ayuda les pediste."
Leah levantó los ojos para encontrarse con la mirada de Blain. El lugar donde su mano la había abofeteado, sorprendentemente, no producía ningún dolor. Al contrario, un dolor punzante y palpitante en otra parte de su pecho la sacudió, pero ella lo ignoró sutilmente.
Ella parpadeó y le apartó la mano. Esto hizo que el príncipe heredero frunciera el ceño. Su aparente rechazo, y su rotunda negativa a responder a su pregunta, le enfureció. Levantó su mano una vez más.
Su orgullo había sido manchado por Leah, no lo toleraría ni un poco. Anticipando otra bofetada, Leah cerró los ojos y esperó. Sin embargo, su entorno se mantuvo tranquilo y la bofetada que esperaba de su sucia mano no se sintió en ninguna parte.
Leah abrió lentamente los ojos en silencio. Blain que había levantado su mano y se preparaba para golpearla, había sido detenido por Genin, quien sujetaba con fuerza su muñeca.
"¡Tú eres el que está siendo maleducado!"
Blain frunció el ceño al tratar de liberar su brazo, pero no pudo escapar de su firme agarre. En ese momento, minimizado por la musculosa gigante Genin, Blain parecía no ser más que un simple bastardo impotente. Su fuerza se escapó de su cuerpo. Estaba vulnerable.
A pesar de estar en presencia del futuro rey de Estia, Genin no mostró ningún signo de inferioridad. Para ella, complacerlo suponía un esfuerzo completamente inútil. Ella no tenía razón para hacerlo, y no tenía el deseo de hacerlo. En su lugar, miraba fijamente a Blain, y le apretaba la muñeca.
"Tengan cuidado". Ella advirtió, finalmente soltando su agarre mientras lo mirada con desaprobación.
"......"
Blain se masajeó la muñeca mientras miraba a Genin. Si los ojos pudieran condenar a la muerte, ella estaría a dos metros bajo tierra. Estaba ardiendo de rabia y odio hacia todos los Kurkans.
Para su decepción, sin embargo, Genin permanecía imperturbable. Su actitud tranquila alimentaba aún más su rencor, y Blain necesitaba un blanco fácil para descargar su rabia.
Se dirigió al lado donde los sirvientes estaban alineados temblando de miedo y, como una serpiente, se deslizó hasta encontrar una.
La desafortunada víctima, el hijo del conserje, cuyo pequeño cuerpo estaba escondido temblando en un rincón. Con fuerza bruta, Blain agarró al niño por sus piernas y lo lanzó al otro lado de la habitación. Antes de que alguien pudiera reaccionar para detenerlo, el delicado cuerpo del pobre niño fue lanzado al aire.
¡CRACK!
La cabeza del niño chocó con fuerza contra el borde de la mesa y su cuerpo se estrelló contra el suelo. Un líquido rojo manchó la mesa, puesto que la sangre brotó inmediatamente del punto de contacto.
"¡¡¡Ahhhhhh!!!"
Un grito de horror estalló entre las sirvientas.
La conmoción hizo que Leah recobrara los sentidos. El niño estaba inmóvil, y ni siquiera un grito salió de él. Inmediatamente corrió hacia donde el niño había aterrizado y lo abrazó. Por suerte, aún respiraba.
La Baronesa Cinael, que estaba detrás de Blain, corrió apresuradamente hasta donde estaban los dos y le quitó el niño.
Leah inhaló profundamente mientras miraba a su medio hermano, que se reía. Por muy trastornado que estuviera, no debería haber descargado su ira con el niño. No podía creer que la misma sangre que corría en sus venas, corría por las suyas también.
"Hermana."
Su voz se suavizó de repente. "Mi única hermana, arruinando la reputación del reino. No puedo quedarme sin hacer nada".
Blain susurró mientras parpadeaba lentamente los ojos. Esas densas pestañas cubrían el reflejo maligno en sus ojos, un indicio de su desquiciamiento mientras se deleitaba en su crueldad.
"¿Sabes el escándalo que se está extendiendo ahora mismo?"
Leah apretó el puño con fuerza. Todo su cuerpo temblaba de rabia. Podría haber aguantado si la hubiera golpeado sólo a ella, pero no podía quedarse de brazos cruzados dejando que abusara de la gente de Estia.
Sin pensarlo, sus labios se movieron, y dijo palabras que, en circunstancias normales, nunca saldrían de su boca. "¡Tú eres el príncipe heredero!"
'Pero sobre todo, eres mi hermano', quería añadir, pero no lo hizo. Así que continuó con otras palabras. "¿Cómo es posible que hagas esto?"